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7.4.3. La pintura renacentista en España: El Greco

La pintura española renacentista está dominada por un pintor que no nació en España. Doménicos Theotokópoulos (1541-1614), popularmente apodado el Greco por su origen, nació en la isla de Creta, donde se formó en la tradición bizantina que aún imperaba allí. En Venecia recibió la fuerte influencia de los grandes autores de la escuela veneciana: Tiziano, pintor de un vibrante colorido, y el Tintoretto, que hacía uso de un canon manierista alargado. Su estancia en Roma le permitió asimilar las técnicas de dibujo de Miguel Ángel. Desde ese momento el Greco persiguió siempre la síntesis entre el color veneciano y el diseño romano. Esta síntesis se puso al servicio de un estilo profundamente personal, cuya seña de identidad más notable es el manierismo del alargamiento que en este autor alcanza su cumbre.

El Greco, Anunciación
El Greco, La Anunciación (hacia 1576. Óleo sobre lienzo. Museo Nacional Thyssen Bornemisza, Madrid)
Es una de sus últimas obras realizadas en Italia y en ella se advierte la fuerte influencia de la escuela veneciana, tanto en la luz y el color como en las anatomías y los ropajes.
Imagen de Museo Nacional Thyssen Bornemisza. Autorización de uso con fines educativos.

Desde 1576 el Greco trabajó en España, instalándose en Toledo. Podemos identificar dos etapas en su producción española.

El Greco, El caballero de la mano en el pecho
El Greco, El caballero de la mano en el pecho (hacia 1580. Óleo sobre lienzo. Museo Nacional del Prado)
Imagen de Museo Nacional del Prado. Autorización de uso educativo.
  • En su segunda etapa (1589-1614) el color se va apagando, reduciéndose a una gama cromática fría de tonos verdosos, grises, amarillos y carmines. Las figuras acentúan su expresividad, al dislocarse las proporciones y deformarse las anatomías. El dibujo se diluye: partes de las figuras aparecen inacabas, apenas esbozadas. La pintura se hace mística. Las principales obras de este período se concentran en una serie de temáticas: los retablos y series devotas, como por ejemplo sus series de apóstoles, los retratos o sus vistas de la ciudad de Toledo.
El Greco, Laocoonte
El Greco, Laocoonte (1610/1614. Óleo sobre lienzo. Galería Nacional de Arte de Washington)
Sobre el fondo de una vista de Toledo, el Greco despliega su particular visión del tema del Laocoonte, tan influyente en el XVI por el hallazgo de la célebre escultura antigua. Los colores son fríos y las anatomías se distorsionan y disuelven en pinceladas sueltas y onduladas.
Imagen de Galería Nacional de Arte de Washington. Licencia Open Access.