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7.3. El Cinquecento y la crisis del manierismo en Italia

El siglo XVI puede dividirse en dos etapas.

  1. Renacimiento clásico (primera mitad del siglo XVI). A comienzos del siglo XVI el centro del arte se desplaza desde las cortes principescas de las ciudades-estado a la corte papal en Roma. Esto es consecuencia del auge político alcanzado por los Estados Pontificios bajo Julio II y León X. Además, durante este período el Renacimiento comienza a extenderse fuera de Italia, si bien esta sigue siendo el centro del movimiento. En este período la técnica artística se desarrolla, ayudada por nuevos hallazgos clásicos, dando lugar a la época de los grandes genios del Renacimiento: Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel.
  2. Manierismo (a partir del segundo tercio del siglo XVI). A partir del segundo tercio del siglo XVI la atmósfera cultural del Renacimiento pleno comenzó a variar como consecuencia de varios factores. En primer lugar, el saqueo de Roma por Carlos V (1527) hizo decaer el poder de los Papas. En segundo lugar, la reforma luterana y la contrarreforma católica creó un clima religioso tenso que hizo que el humanismo retrocediera frente al sentimiento religioso. A eso se sumó el hecho de que muchos artistas cayeran en una imitación excesiva y deformadora del estilo (la maniera) de los grandes artistas del Renacimiento clásico, en especial Miguel Ángel. De ahí viene el término manierismo. Todos estos elementos contribuyeron a crear un arte tenso, oscuro y confuso, que tendía a la desproporción, al movimiento exagerado y a las formas alargadas y retorcidas, alejándose de las reglas del clasicismo. Esa evolución prepara el camino para el Barroco del siglo XVII.