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7.2.1. La arquitectura del Quattrocento en Italia

En la arquitectura italiana del siglo XV destacan dos autores: Filippo Brunelleschi y Leon Battista Alberti.

a) Filippo Brunelleschi (1377-1446)

Fue un orfebre, escultor y arquitecto florentino. Introdujo los elementos arquitectónicos clásicos y las leyes de la proporción y la perspectiva renacentistas. De esa forma representa el paso del Gótico al Renacimiento.

Esta transición del Gótico al Renacimiento se aprecia muy bien en la Cúpula de la Catedral de Santa María de las Flores (Florencia) (1420-1436). Mediante un concurso Brunelleschi recibió el encargo de cubrir el crucero de la catedral gótica de Santa María de las Flores, en Florencia. La solución que dio Brunelleschi constituye una perfecta síntesis entre la tradición gótica y las nuevas técnicas arquitectónicas que se inspiraban en el estudio de la arquitectura antigua. Sobre un tambor octogonal preexistente Brunelleschi edifició una enorme cúpula apuntada, que se eleva hasta más de 100 metros de altura. Lo consiguió mediante un sistema de contrarresto de fuerzas de tradición gótica, colocando la estructura de una cúpula en el interior de una segunda estructura, más apuntada, que contrarresta los empujes laterales de la interior. La cúpula se considera todavía hoy uno de los grandes logros técnicos de la Historia de la Arquitectura.

Brunelleschi también construyó edificios de nueva planta, en los que se aprecia el fin de la influencia gótica. En ellos Brunelleschi conjuga los elementos arquitectónicos clásicos con las leyes de proporción y perspectiva renacentistas. Entre los elementos clásicos que emplea destacan las columnas lisas, las pilastras estriadas, los capiteles corintios, tramos de entablamento a modo de cimacio, arcadas de medio punto y cubiertas con casetones. La proporción clásica se aprecia, por ejemplo, en el modo en que la separación entre columnas se convierte en módulo con el que se relacionan matemáticamente todas las partes del edificio. El autor busca la armonía mediante el juego de colores luminosos: piedra gris en estructuras y cal en revoque de muros. Para concluir, los edificios están diseñados para buscar la máxima armonía a ojos del espectador teniendo en cuenta cómo las leyes de la perspectiva influirán en él. Estas características se advierten muy bien en la iglesia de San Lorenzo (Florencia), en la que Brunelleschi recupera el modelo paleocristiano de basílica con planta de cruz latina.

Para profundizar

Basílica de San Lorenzo
Interior de la iglesia de San Lorenzo
Imagen de Stefan Bauer en Wikimedia Commons. Licencia CC.

La iglesia de San Lorenzo (Florencia) es una basílica de cruz latina con tres naves. La central está cubierta por techumbre plana con casetones, mientras que las laterales se cubren con bóvedas semiesféricas y el crucero mediante cúpula. Las naves están separadas por arcos de medio punto cubiertos por columnas lisas corintias coronadas por un tramo de entablamento. Destaca la proporción matemática del conjunto y su concepción espacial al servicio de las leyes de la perspectiva, que se percibe cuando nos situamos en la nave central. Destaca también la luminosidad y la armonía lograda mediante el predominio del blanco y el gris.


b) Leon Battista Alberti (1404-1472)

Alberti, Palacio Rucellai
Leon Battista Alberti, Palacio Rucellai (Florencia)
Imagen de M-i-k-e-v en Wikimedia Commons. Licencia CC.

Es el primer arquitecto de tipo moderno, que diseña la construcción pero no es maestro de obras. Además es un importante teórico de la arquitectura. Profundizó en la ruptura con los modelos medievales que había iniciado Brunelleschi. Entre sus obras destacan el palacio Rucellai y la fachada de la iglesia de Santa María Novella, ambas en Florencia.

En el Palacio Rucellai (1446-1451) Alberti abandonó el modelo de palacio-fortaleza de la nobleza urbana medieval (aspecto defensivo, torreones, almenas...). Para dar mayor volumen a la fachada empleó sillares en almohadillado, siguiendo un modelo creado por Brunelleschi para el palacio Pitti de Florencia. Dividió la fachada en tres pisos separados por amplias cornisas. Para romper la monotonía trazó entre los vanos (en medio punto en la segunda y tercera plantas) pilastras con órdenes superpuestos, inspirados en el Coliseo.

La fachada de la Iglesia de Santa María Novella (a partir de 1458) fue construida por Alberti para cubrir una basílica gótica que había quedado incompleta. Construyó la fachada con el mármol habitual de la Toscana. Sus proporciones son perfectas, establecidas sobre un módulo cuadrado que se repite a ambos lados de la portada de medio punto, en el cuerpo inferior, y en medio del cuerpo superior. La diferencia entre la anchura del cuerpo inferior y la del cuerpo superior es salvada mediante alerones en forma de volutas, solución que tendrá gran éxito entre los siglos XVI y XVIII.

Alberti, Santa María Novella
Leon Battista Alberti, Fachada de la iglesia de Santa María Novella (Florencia)
Imagen de Amada44 en Wikimedia Commons (cortada). Licencia CC.