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7.1. Introducción al Renacimiento

El Renacimiento es un fenómeno cultural que abarca los siglos XV y XVI y que caracteriza el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna en Europa. El concepto Renacimiento fue acuñado por intelectuales y artistas italianos del siglo XV para hacer referencia a la recuperación de los valores espirituales y formales de la Antigüedad clásica que ellos perseguían, distanciándose de la tradición artística medieval.

Varios factores contribuyen a explicar el Renacimiento:

  • Mecenas
    El término "mecenas" proviene de un personaje romano, Gayo Cilnio Mecenas, que fue un colaborador de Augusto célebre por haber patrocinado el arte de su tiempo.
    Imagen de Cgheyne en Wikimedia Commons. Licencia CC.
    Económicos: La recuperación económica tras la grave crisis bajomedieval y el desarrollo de la economía mercantil proporcionaron un contexto idóneo para el florecimiento del arte.
  • Sociales: El desarrollo de la burguesía mercantil y financiera y el encumbramiento de una nobleza urbana fuertemente relacionada con la anterior proporcionaron al arte un mecenazgo dotado de recursos y sensibilidad artística. Llamamos mecenazgo a la protección económica dispensada a los artistas por parte de un personaje de la elite, al que se denomina mecenas.
  • Políticos: Una serie de entidades políticas en ascenso recurrieron al arte como forma de manifestar su nueva pujanza. Se trata de las ciudades-estado italianas, el Papado y la monarquía autoritaria que se estaba desarrollando en lugares como las actuales España, Francia o Inglaterra.
  • Culturales: El factor más inmediato fue el desarrollo del humanismo, es decir, el cultivo de las disciplinas humanísticas (gramática, retórica, historia, poesía, filosofía, etc.) que forman al individuo para su participación en la vida política. La búsqueda de modelos para el humanismo llevó a la recuperación de los valores espirituales de la Antigüedad clásica: antropocentrismo; laicismo; neoplatonismo y búsqueda del perfeccionamiento humano; valoración positiva de la naturaleza como norma y fuente de inspiración; etc. Este clasicismo no rompió con el cristianismo, pero sí lo reinterpretó.

El arte renacentista se caracteriza por la recuperación y readaptación de los valores formales de la Antigüedad clásica. Eso explica sus principales características:

  • Inspiración en las formas artísticas y soluciones técnicas del arte grecorromano, que se redescubre a partir del estudio de las ruinas, las excavaciones arqueológicas, etc.
  • Búsqueda de la belleza ideal y defensa de la autonomía del arte.
  • Búsqueda de la armonía y la proporción.
  • Antropocentrismo, que se observa en la importancia central atribuida a la figura humana, en la recuperación del canon clásico y el estudio de la anatomía, así como en la adaptación de la arquitectura a la proporción humana.
  • Interés en el mundo visible, que se plasma en el estudio del espacio y de las leyes de la perspectiva.

Como resultado, el arte renacentista estableció un sistema de representación que en sus fundamentos perduraría intacto hasta finales del siglo XIX.

Perugino, entrega de las llaves a San Pedro
Perugino, Entrega de las llaves a San Pedro, fresco de la Capilla Sixtina (Roma) realizado en 1481-2.
Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público.

Podemos dividir el Renacimiento en dos grandes fases:

  • El Quattrocento (siglo XV). Durante el siglo XV se establecieron las bases del Renacimiento. Por el momento el Renacimiento se circunscribía prácticamente a Italia, mientras en el resto del mundo aún predominaba el gótico. Este primer Renacimiento se desarrolló en las cortes de los príncipes que se hicieron con el poder en las ciudades-Estado italianas (por ejemplo, los Sforza en Milán o los Medici en Florencia).
  • El Cinquecento (siglo XVI). Durante las primeras décadas del siglo XVI el Renacimiento alcanzó su período de máximo desarrollo. Fue el período de los grandes genios del Renacimiento: Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel. El centro del arte se desplazó desde las cortes principescas de las ciudades-estado a la corte papal en Roma. Además, durante este período el Renacimiento comenzó a extenderse fuera de Italia. A partir del segundo tercio del siglo XVI el Renacimiento evolucionó hacia el manierismo, un arte tenso, oscuro y confuso, que tendía a la desproporción, el movimiento exagerado y las formas alargadas y retorcidas, alejándose de las reglas del clasicismo. Esa evolución preparó el camino para el Barroco del siglo XVII.